sábado, 26 de febrero de 2011

Carta de V , 27 de Febrero de 2011



¡ Qué contenida expresión ha tenido tu respuesta! Los secretos y el olvido se venden, pensé, cuando ví desde la ventanilla de aquel colectivo a una chica que comía mandarinas debajo de un fresno de hojas rabiosamente amarillas. Su compañero le había dado el mejor beso y se había ido caminando. Me daba alegría verla así, sin tiempo, con su mandarina y la copa del árbol que adornaba al mismo sol.
Porchia decía "Te quiero como eres, pero no me digas como eres".
Debe ser como llorar sin voz y con los ojos secos frente al buzón vacío.
Pero hoy no pierdo tiempo y contesto como los incrédulos, como los que se derraman en una mesa de bar después de haber bebido todo el alcohol.
Ya va siendo la hora en que cierra el correo y no quiero que se pierda este día, esta dentellada que me he dado derramará la vuelta que nos dimos sin sentido.
Voy a decirte algo: todavía hace calor y una mariposa nocturna acaba de quemarse contra una lámpara y con ella se ha perdido tu latido.

Aguardo

V

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